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Remedios para la Diabetes

Aceite de coco para la Diabetes

Considerado como toda una revelación para el mundo de la medicina natural, la belleza y la cocina, el aceite de coco se ha convertido en uno de los ingredientes más aclamados por sus increíbles propiedades. Sus beneficios saludables han sido asociados con la prevención y el tratamiento de múltiples enfermedades, incluyendo a la diabetes.

Sin embargo, debido a su composición eminentemente grasa todavía existe controversia acerca de si los diabéticos deben consumir el aceite de coco o no. En este artículo estaremos arrojando luz sobre el tema y analizaremos qué dice la investigación científica al respecto.

¿Qué tan bueno es el aceite de coco?

Antes de intentar responder esta interrogante es conveniente hablar un poco acerca del origen y las propiedades nutricionales de este aceite.

El aceite de coco se produce a partir de la masa de los cocos maduros. Existen varios métodos para extraerlo; puede ser prensado en frío o extraído mediante el uso de calor y solventes como el hexano, en cuyo caso sería necesario refinarlo (aceite de coco refinado)1. El prensado en frío genera un aceite con un ligero sabor a «coco», a diferencia del refinado que no tiene sabor. La variante más popualr, el aceite de coco virgen, se obtiene mediante un solo prensado manual, sin usar calor ni productos químicos.

Un dato interesante es que el aceite de coco es único debido a su grado de fusión: 76 F (24 C). Esto le permite ser líquido a temperatura ambiente, pero sólido a temperaturas bajas. Por lo general lo encontramos en los supermercados y tiendas como una grasa sólida.

Propiedades nutricionales del aceite de coco

El aceite de coco es puramente graso, no posee carbohidratos ni proteínas, y al ser una grasa sólida sin contenido de agua, es más calórico por volumen que otros tipos de grasas. Contiene un 91% de grasas saturadas, un 6% de grasas mono-insaturadas y un 3% de grasas poli-insaturadas. Aunque el 91% de grasa saturada parece un valor muy alto, gran parte corresponde al ácido láurico, sustancia de la cual se derivan muchos de sus beneficios para la salud.

Precisamente es el contenido de grasas saturadas lo que ha causado la controversia en torno al aceite de coco. Estas grasas han sido demonizadas históricamente como el peor tipo de grasa para la salud, ya que al parecer obstruyen las arterias y conducen a las enfermedades del corazón. Sin embargo, los estudios actuales2 indican que las afirmaciones anteriores pueden no ser tan válidas como se creía, ya que no todas las grasas saturadas son iguales.

Según el sitio web Authority Nutrition3, los ácidos grasos saturados más comunes en la dieta humana son:

  • Ácido esteárico: 18 átomos de carbono (cadena larga)
  • Ácido palmítico: 16 átomos de carbono (cadena larga)
  • Ácido mirístico: 14 átomos de carbono (cadena larga)
  • Ácido láurico: 12 átomos de carbono (cadena media)
  • Ácido cáprico: 10 átomos de carbono (cadena media)
  • Ácido caprílico: 8 átomos de carbono (cadena media)
  • Ácido caproico: 6 átomos de carbono (cadena media)

Como se mencionó anteriormente, el aceite de coco es predominantemente «ácido láurico», un triglicérido de cadena media, y aquí es donde viene el dato clave: nuestro organismo metaboliza las grasas de cadena media de manera muy diferente a los ácidos grasos de cadena larga o corta, ya que van directamente hacia el hígado para su procesamiento. Esto constituye un gran beneficio para nuestra salud, en especial para quienes padecen de diabetes.

Cabe destacar que a diferencia de los aceites vegetales y de semillas, como la canola, el girasol, etc., el aceite de coco permanece muy estable a altas temperaturas, no es sensible a la luz ni se daña (oxida) fácilmente; se sabe que los aceites oxidados pueden ser perjudiciales y conducir al desarrollo de varias enfermedades. Dicho esto, constituye una excelente opción para cocinar alimentos a altas temperaturas, por ejemplo asar en el horno, asar a la parrilla, freír huevos.

Sorprendentemente, la investigación científica ha demostrado que aquellas poblaciones que consumen grandes cantidades de aceite de coco (representando entre el 30-60% de sus calorías) tienen tasas muy bajas de enfermedades cardíacas4.

¿Cuáles son los beneficios de usar aceite de coco para la diabetes?

Los principales beneficios que se asocian a un mejor control de la diabetes, así como a la prevención de complicaciones típicas en estos pacientes, son:

  1. Al no contener carbohidratos o proteínas, el aceite de coco no eleva los niveles de azúcar en la sangre.
  2. Si bien este aceite es alto en calorías, sus ácidos grasos de cadena media ayudan a acelerar el metabolismo 5 y favorecen la pérdida de peso, específicamente la grasa abdominal que se correlaciona con la diabetes tipo 2. Se ha demostrado que comer 1 o 2 cucharadas de aceite de coco al día aumenta el metabolismo en un 5% 6, lo que se traduce en aproximadamente 120-150 calorías menos por día.
  3. Una vez que el cuerpo metaboliza el aceite de coco, las cetonas producidas pueden ayudar a calmar el apetito y disminuir los antojos. Se ha demostrado que en las dietas ricas en grasas, el consumo de grasas de cadena media favorece la ingestión de un menor número de calorías, en comparación con las dietas basadas en ácidos grasos de cadena larga7.
  4. A pesar de su alto contenido de grasas saturadas, el aceite de coco ha demostrado ser eficaz para reducir el colesterol LDL, el valor de colesterol total y los triglicéridos, a la vez que aumenta el colesterol HDL8. También tiene efecto antioxidante y antiinflamatorio en el organismo9.
  5. El ácido láurico del aceite de coco es excelente para las personas con diabetes debido a su capacidad para eliminar bacterias patógenas, levaduras y hongos10. Se sabe que los diabéticos son susceptibles al desarrollo de infecciones causadas por esos patógenos. Además suelen padecer de piel seca o agrietada, un problema que también se puede resolver con el aceite de coco gracias a su poder humectante y acción regenerativa sobre la piel11.

También es útil para tratar problemas dentales como la gingivitis y otras infecciones bucales. Hacer buchadas de aceite (sacudir el aceite de coco en la boca y entre los dientes, luego escupirlo y enjuagarlo) es efectivo para eliminar las bacterias en esa zona12.

Finalmente, los ácidos grasos de cadena media presentes en el aceite de coco parecen ser efectivos para promover la buena salud cerebral y proteger contra el daño de enfermedades como el Alzheimer13.

¿Cómo consumir el aceite de coco siendo diabético?

Aunque se trata de un aceite excepcional y saludable, su consumo debe hacerse con moderación como parte de una alimentación balanceada. 1 o 2 cucharadas de aceite de coco por día es una porción suficiente, asegurándote de no exceder la cantidad de 1 cucharada en cada porción.

La variante más recomendada es el aceite de coco virgen prensado en frío, ya que aporta mayores beneficios nutricionales. Su sabor delicioso y alta estabilidad lo convierten en el aceite ideal para saltear verduras, cocinar huevos, elaborar masas caseras, entre otras recetas.

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Video recomendado: Aceite de coco y diabetes

Fuentes:

Referencias:

  1. https://en.wikipedia.org/wiki/Coconut_oil#Production
  2. http://ajcn.nutrition.org/content/early/2010/01/13/ajcn.2009.27725.abstract
  3. https://authoritynutrition.com/saturated-fat-types/
  4. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/8450295
  5. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/3532757
  6. https://www.healthline.com/nutrition/coconut-oil-and-weight-loss
  7. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/17228046
  8. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15329324
  9. http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1751499107000431
  10. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC444260/
  11. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15724344
  12. http://www.ijdr.in/article.asp?issn=0970-9290;year=2009;volume=20;issue=1;spage=47;epage=51;aulast=Asokan
  13. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15123336

Publicado por: Luis L. Fernández. Ultima revisión: febrero 27, 2020.